Los Leones que guardan del Congreso

En el antiguo solar del Convento del Espíritu Santo se inaugura en 1850 el Palacio de las Cortes sede del Congreso de los Diputados. A 26 días de esta inauguración se considera apropiado colocar una estatua de león a cada lado de la escalera. Para tal empresa se encargó a Ponciano Ponzano, escultor de renombre, realizar algo provisional, 2 estatuas de yeso que estuvieran listas para la inauguración. Con tal rapidez trabajó, que el resultado no fue del agrado de nadie, tanto así, que cuando en los días de revueltas de la llamada Contrarevolución de 1856 fue seriamente dañado uno de ellos, el pueblo de Madrid dijo que el artillero debía de ser un entendido en arte y con buen gusto, pues intentó quitar de las calles de Madrid al pobre león.

Los leones en yeso, los provisionales, permanecen en las puertas hasta que son sustituidos por los actuales de bronce en 1872, que aunque hubo otro encargo anterior de Leones en Piedra a José Bellver nunca llegaron a colocarse por no gustar a la comisión del Congreso (hoy pueden verse en la entrada del parque de Monforte, en Valencia)

Ponciano Ponzano, autor también del grupo de altorrelieve del tímpano del frontón de la fachada del mismo edificio y de los leones provisionales, fue el encargado de realizar en 1861 unos nuevos leones, ahora de bronce, que, como reza en su base, provienen de la fundición de los cañones capturados tras la victoria en Marruecos en la batalla de Wad-Ras.