La siniestra leyenda que esconde la Calle de la Cabeza

La historia comienza con una buena acción, un sacerdote que vivía en esta calle recogió a un joven portugués que mendigaba, le dio un lugar donde vivir y un trabajo en su casa, también intentó darle una educación, muy a pesar de las malas compañías que el adolescente frecuentaba.⁣
Un día el sacerdote no apareció en la misa diaria, el sacristán alarmado por la ausencia fue hasta la casa del sacerdote a ver qué ocurría. Al llegar lo encontró muerto alrededor de un gran charco de sangre, había sido apuñalado y lo más macabro es que se habían llevado su cabeza. El criado portugués había desaparecido con el dinero. ⁣
El tiempo pasó y en la Villa se fue olvidando lo sucedido. Muy cerca de lo que hoy es el rastro de Madrid se encontraba el matadero, aquí dice la leyenda que un hombre bien vestido y procedente de Portugal  compró una cabeza de carnero, la guardó bajo su capa y se dirigió hacia su casa. De lo que no se percató es de que iba dejando un rastro de sangre.⁣ Un alguacil le dio el alto y ordenó ver que llevaba en la capa, ¡cual fue la sorpresa del antiguo sirviente cuando al abrir el paquete apareció la cabeza del sacerdote!
El suceso tuvo tanta repercusión que Felipe III decidió colocar una cabeza de carnero labrada en la fachada de la casa del sacerdote y la calle acabaría tomando el nombre de la CALLE DE LA CABEZA.

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